Elinvitado @ 2025 | Reiniciando… ↻ cada día

123: Entre Cálculos, Caminatas y Eternidad.

El tiempo es mío.

123

El enigma de los números y su huella en el tiempo


La eternidad del Padre frente al convencimiento del Diablo
De cómo los números, el tiempo y la fe se entrelazan en una historia cotidiana.

Un diálogo entre lo mundano y lo eterno que despierta preguntas sobre nuestra percepción de la vida.

Un viaje breve pero profundo que invita a mirar más allá de lo inmediato y a confiar en el amor por encima del convencimiento.



Hace un rato, a las 18:30, estaba conversando con Lila y, al lado, estaba July.

Lila me contó que en la agencia de quiniela al lado de casa un vecino afirmaba que se había perdido la oportunidad de ganar por no haber apostado al 123.

Entonces yo les digo que también estuve pensando en ese número todo el día de ayer y de hoy. ¿Y les expliqué por qué?

Hace un par de días salí a caminar y, de paso, troté un poco.

Volví todo transpirado y me quedé conversando con un tío de Lila; la transpiración se secó en mi espalda.

Cuando eso ocurre, mi cuerpo me muestra sus síntomas.

Así que fui al médico y me dijo que tomara una pastilla cada ocho horas.



Lo hice.

Comencé a tomar la primera
a las 3 de la mañana —mi número perfecto—,
la siguiente a las 11 (1 + 1 = 2)
y la tercera a las 19 (1 + 9 = 10 → 1 + 0 = 1).

Y así, como vuestro tiempo corre en vuestra contra, así analizo todos los números: y de ahí surge mi número 123.

Entonces mi hija Julieta me mira con una sonrisa juiciosa y me pregunta:

“¿Mirá que tenés tiempo para todos esos análisis?”

No intentaba herirme;
solo que, atrapados en las urgencias mundanas, se distraen de lo esencial.

Le digo:
“¡Hija, lo que te olvidas es que soy eterno!

¡El tiempo es mío y no tengo el apuro que ustedes sienten!”

¿Acaso crees que mi condición me ha impedido salir a caminar, a trotar o a disfrutar la vida?



Hoy regresé a las 18:10 y el Diablo no me deja ni a sol ni a sombra, solo para comprobar cada vez que nada cambiará.

Porque
lo de él y lo vuestro
es convencimiento,
y lo de vuestro Padre
es amor.




Y en el cruce de cálculos y destinos, descubrimos que solo el amor trasciende el tiempo.